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28 abril 2011 4 28 /04 /abril /2011 13:25

            CINCUENTA-ANOS.jpgEn estos últimos cincuenta años la humanidad nos ha deparado hechos sorprendentes, catastróficos en muchos casos. Se han acometido revoluciones de carácter popular que no han hecho más que acrecentar sus propios defectos abocando a sus pueblos a la escasez y en muchas ocasiones a la miseria de la opresión cuando sus fundamentos y proclamas no hacían más proclamar estrados libres y el poder en manos del pueblo. Países convulsionados por revueltas sociales que se han visto alterados por las nuevas ideas o por el contrario, en esta sin razón de ser que el ser humano demuestra en demasiadas ocasiones, han involucionado por razones religiosas, convirtiendo sus sociedades en una especie de averno discriminatorio por razones de sexo, idearios o filosofías. Revueltas estudiantiles que preconizaban un mundo mejor, un lugar cohabitable por todos, donde las riquezas se repartieron con equidad y justicia; revueltas que preconizaban playas bajo el asfalto y que cuando los mismos que se lanzaron tras ellas con la ilusión ondeando en sus almas, cansados de luchar contra la adversidad y la traición de los propios agitadores, rotos y vencidos, apostataron de cualquier ideología para sentarse en la peña maldita de la indiferencia.

En los últimos cincuenta años el hombre se convencido de que no puede ser Dios, que no puede suplantar su esencia, que la Divinidad no es un hecho casual sino la causa de nuestra existencia. Los avances médicos han posibilitado, en estas décadas, aumentar la calidad de vida de los seres humanos, aunque el hombre sostenga medidas para diferenciar a quienes corresponder alargar su existencia en razón de su poder o del poder de su dinero y prevarique de la condición de igual que hace más de dos mil años dejó dicho un carpintero galileo, al que su defensa para disgregar esas diferencias le llevaron a un patíbulo desde el que redimió al mundo. Incongruencias espirituales que muchos todavía no quieren ver. Hay niños que siguen muriendo porque no tienen acceso a la vacuna que les inmunice de un catarro, de un proceso viral, que en la mayoría de las ocasiones concluye con su defunción, mientras que en el mundo occidental estos males están totalmente superados y mirando a horizontes banales, derrochando la desgracia que nos contempla, sin remordimientos, que se marchan por el sumidero de la inconsciencia sin importarnos; todo vale para poder mantener nuestros niveles de bienestar social.

            En estos últimos cincuenta años las comunicaciones han posibilitado la extensión y expansión de la cultura, han minimizado los espacios, acortando las distancias, acercándolos pensamientos. En la actualidad una noticia recorre el mundo en apenas unos segundos y nos hace llorar o vibrar de alegría, emocionarnos con la imagen de un nacimiento o convulsionarnos y solidarizarnos con la catástrofe que asola y destruye una nación poderosa en apenas unos segundos.

            En estos últimos cincuenta años han nacido mis amigos, los que me aguantan y toleran, los que me sostienen el ánimo, con los que río, con los que comparto mis alegrías y a los que mis penas les aflige. Ha pasado mi infancia, he gozado mi juventud y he asumido los conocimientos que me han sido ofrecidos. Me he sentido querido por mis padres, por mis hermanos, a los que alguna vez habré fallado y los que también he reportado momentos extraordinarios. He conocido personas que han hecho florecer en mí virtudes que jamás hubiera adivinado –mucho menos alcanzado- en el horizonte de mi existencia. Me he esforzado en acercarme a Dios, en la contemplación del rostro con el que mi ojos lo ven, y a veces me he visto vencido por el egoísmo y la desidia. Sigo intentando acercarme a su oferta de amor, a sus brazos abiertos a la razón de la paz y el perdón.

            En los últimos cincuenta años me ha sido revelado el secreto del amor porque conocí a la mujer de mi vida, ésa que me dio la otra razón de mi ser: mi hija. Por esto, sólo por esto, ha valido la pena conocer este medio siglo que se me queda atrás.

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Comentarios

M
<br /> Medio siglo que has vivido y todo lo que aún te queda por vivir!<br /> Gracias por la parte que me toca!<br /> <br /> <br />
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A
<br /> <br /> Siempre estaré en deuda con estos años por haber podido gozar de vuestra presencia.<br /> <br /> <br />  <br /> <br /> <br /> <br />

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